jueves, 10 de agosto de 2017

Hoy voy a confesar...

Hace tiempo escuché (o leí, no lo recuerdo exactamente) unas palabras del gran Joaquín Sabina que hoy quiero compartir con quien decida leerme:
“No me quería morir, pero tampoco ver a nadie. No salía del dormitorio. Tampoco abría la puerta. Ese tipo de bajones quedan ahí agazapados. Sigues viviendo y sabes que llevas dentro un enemigo que en cualquier momento enseña las uñas. Mientras estuve deprimido estuve leyendo. Con un libro entre manos, sabes que no estás solo”
Efectivamente, habla de la depresión. Y jamás he olvidado las frases que he marcado en negrita porque expresaban algo que yo he sentido desde hace tiempo y que no sabía cómo expresar.
Sí, hoy confieso que yo he atravesado una depresión. Una depresión acompañada de una fobia. Ansiedad. Miedo.
La mayor parte de la gente de mi entorno no lo sabe y quizás ni se lo imaginan. Pero en estos días siento que tengo que sacar esto de mí porque noto ese bajón agazapado como dice Sabina. Y hace tiempo que decidí que no le iba a dejar ganar.
No soporto cuando la gente que está triste dice que está deprimida. No. Son cosas distintas. Y tampoco comprendo cuando alguien dice que necesita unas vacaciones o no hacer nada para salir de la depresión en la que se está metiendo. 
Supongo que hay que verse metido en la mierda para saber determinadas cosas. 
Para mí no sólo era tristeza, era miedo, era fobia, era no querer salir de la cama, era no poder concentrarme en nada, era odiar a la gente, era soledad. Eso no es sólo estar triste y eso no se cura con unas vacaciones. De hecho creo que eso no se cura. Y por eso he puesto las frases de Sabina. Todo se queda ahí agazapado, pero yo sé que eso no ha desaparecido, que cada cierto tiempo o en determinadas circunstancias tengo que luchar contra ello. Y creo que ahora es un periodo de esos. 
Lo siento, no puedo seguir escribiendo. Pero prometo continuar con el tema cuando tenga fuerzas.

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